6 Cosas Que Habrás Querido Saber Antes De Casarte. Anota…

Algunos aprender de sus errores y lo comparten para que otros no los cometan.

En todo ámbito de nuestra vida, sea en el trabajo o en las relaciones familiares, cometemos algunos errores y posterior a eso, nos damos cuenta que existía otra forma de actuar.

Por eso quisimos compartir contigo la experiencia invaluable que vivió una persona que supo lo que debió haber hecho antes de casarse. Sería bueno que las parejas a punto de tomar la decisión mas importante de sus vida lo lean.

 

1. El amor incondicional e infinito es mentira.

Debes saber que tu esposo no es tu hijo. Es tu pareja, es decir, una persona con la que estás dispuesto a pasar el resto de tu vida. Pero que no te da la garantía de que la amarás todos los días, meses ni años. Y no existe la seguridad de que vaya a quererte siempre.

Al momento de enfrentar las dificultades en la relación, nos preocupamos que nuestro matrimonio se esté destruyendo.

Una terapeuta familiar explicó que “el amor eterno no existe, no se puede estar siempre arriba de los sentimientos y las emociones”. Entonces podemos ser una familia feliz, incluso en esos momentos en donde no nos queremos mucho. Después de 5, 10 o 15 o 25 años de matrimonio, hay que seguir construyendo las relaciones constantemente.

 

2. Después del nacimiento del bebé, los dos primeros años  pueden ser los más difíciles. No permitas que ése sea el modelo para tu relación futura.

Sin duda, un hijo es uno de las mayores alegrías de la vida. Pero al mismo tiempo, significa un momento complicado ya que toda tu vida cambiará.

Siempre se recomienda prestar atención a la relación, cosa que no es fácil durante este período. Pero, es muy importante evitar que esta etapa se convierta en el modelo a seguir por el resto de tu vida. Debes discutir los problemas con calma y actuar con paciencia. Además, aprender a aceptar la ayuda y el apoyo de tu familia, trata de ser mejor. No construyas tu relación en la ofensa y la ira.

 

3. No siempre habrá una vida sexual plena.

Por mucho que te guste, no tendrás sexo tanto como quisieras. Te darás cuenta en algún momento que tu libido y la de tu pareja no coinciden. Lamentablemente, no existe una solución que ayude a resolver esta situación completamente, pero, sin duda, el distanciamiento en las relaciones sexuales es un problema común.

No debes tener relaciones sexuales si es que no lo deseas, pero debes tratar de hacer todo lo posible para renovar el deseo. Nunca te rindas.

Si eres tú el que tiene más ganas, no te conviertas en un extorsionista. Con eso sólo vas a empeorar la situación. Lo mejor que puedes hacer es encontrar un poco de intimidad en otros momentos durante todos los días. Por ejemplo abraza a tu pareja, cocinen juntos, llámalo durante el día porque esos serán instantes muy importantes.

 

4. No olvides sorprender a tu pareja.

No es que la llenes de regalos, pero es importante poner en práctica hechos más valiosos como llamarla con un nombre lindo o decirle que eres feliz cuando escuchas su voz. Puedes comprar sus galletas favoritas; hacer algo bonito por ella.

Y si eso le gusta a tu pareja, ¿por qué no hacerlo? Expresa tus sentimientos y compártelos. Un matrimonio feliz se compone de varios pequeños detalles y momentos felices. Entonces, apenas llegue a tu cabeza algo romántico, no lo dejes pasar, ¡Simplemente hazlo, no te rindas!

 

5. Nunca seas una persona que no quiere mejorar su relación.

En muchos matrimonios rotos sólo hubo una persona que realmente intentó salvarlo. Y la otra simplemente no hizo nada. Puede ser que nadie te lo haya enseñado o no quieras hacer ningún esfuerzo, pero lo importante es no darse por vencidos. Recuerda porqué te casaste con esa persona.

Sin importar cuánto tiempo uno de los individuos trabaje en la solución de los problemas del matrimonio o el número de terapias que tomen; lo cierto es que la relación no sobrevivirá sin el esfuerzos de ambos.

Ambos deben ser pacientes y dejar que el otro siga su propio camino. Habrán ocasiones que vas a hacer todo por ti mismo, a veces por tu pareja, pero a fin de cuentas son una familia.

 

6. Nunca discutir sobre quién trabaja más: si el que se queda en casa cuidando a los hijos o el que tiene un empleo.

Ni siquiera intenten iniciar el debate. Lo más seguro es que no ninguno ganará. Los dos están haciendo muchas cosas valiosas que simplemente no se pueden comparar. Los dos trabajan duro. A lo mejor puedes expresar tu descontento si existe un problema y parece que estás haciendo demasiado; pero trata de ayudar a tu pareja y que también te colabore.

Aprende a apreciar el trabajo del otro, incluso si no alcanzas a ver los resultados con tus propios ojos. ¡Da las gracias!

 

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