Asumamos, nadie cuida sus pies como debiera. Porque a pesar de ser nuestro principal medio de transporte y la base que nos mantiene erguidos, no les damos el sitial que se merecen. En ellos se encuentran los puntos reflejos de los órganos de todo el cuerpo, por eso las rigideces, contracturas o entumecimiento de las articulaciones pueden ser signo de otros problemas de salud en general. Son demasiadas razones como para no cuidarlos.
Hoy hablaremos de las durezas de los pies. Éstas se producen cuando la piel se engrosa en defensa de una fricción o presión reiterada, generando incomodidad o dolor. Por eso, una de las causas más comunes es el uso zapatos inadecuados. Existen otros factores, como malas posturas corporales y sobrepeso, que también pueden facilitar la aparición de durezas. Para eliminar las durezas en los pies puedes realizar un sencillo y económico tratamiento que combina el ácido salicílico de las aspirinas con el jugo de limón para eliminarlas más fácilmente y dejar tu piel suave limpiándola, a la vez, de todas las células muertas. Suena tan fácil, veamos si lo es en realidad.
Necesitarás:
-4 aspirinas
-1 limón
-1 cucharada de agua
-Una toalla
-1 piedra pómez
La verdad, son todas cosas que pueden estar perfectamente en una casa.
¿Cómo lo hacemos?
1. Moler las aspirinas con un tenedor o mortero.
2. Cortar el limón y exprimirlo par obtener su jugo.
3. Agregar el jugo de limón con las aspirinas, el agua y mezclar hasta obtener una pasta.
4. Esparcir el preparado sobre las durezas y cubre los pies con una toalla tibia.
5. Dejar actuar durante 15 minutos.
6. Enjuagar los pies con agua tibia y utilizar la piedra pómez para eliminar por completo las durezas.
La verdad es que es extremadamente fácil.
Consejos para cuidar tus pies
1. Debes prestar atención a tus pies. Observa si presentan cambios de tonalidad o temperatura. Controla, además, las grietas o cortes de la piel, ya que el desprendimiento de la piel en la planta de los pies o entre los dedos podría implicar la presencia de hongos que debes tratar.
2. Elige calzado adecuado a tu pie, a la forma de caminar y a la actividad que realices.
3. Lava y masajea tus pies regularmente. Siempre procura secarlos completamente. Ayúdate hasta con un secador si es posible.
4. Corta las uñas de forma recta, pero no muy cortas, especialmente las esquinas.
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