Cuando comienza a hacer más calor en las ciudades, es cuando debemos preocuparnos de ventilar bien los lugares para no sufrir las consecuencias del calor.
Los golpes de calor se producen cuando el cuerpo alcanza entre 39 y 41ºC, provocando que las personas no puedan controlar el calor, perdiendo la capacidad de sudar y en consecuencia pierdan el conocimiento, esto podría llegar a causar la muerte.
Los más vulnerables a esto son los niños y los ancianos.
Jennifer Abma llevó a su pequeña a tomar una siesta en su cuarto, cerró la puerta y la dejó durmiendo. Cuando a las horas después fue a ver cómo estaba su hija, entró a la habitación y lo que vio la impresionó.
Su hija estaba muy fría, toda sudada y su piel estaba roja. Jennifer llamó a la ambulancia y cuando los médicos llegaron midieron el azúcar de la niña, el cual estaba en 1.2 de glucosa, cuando el límite es 4.
La madre compartió esta experiencia en sus redes sociales para concientizar a todos de que los golpes de calor no solo pueden suceder bajo la exposición directa del sol, sino también en una habitación, cerrada, con poca ventilación.
Estos son los síntomas de un golpe de calor:
- Piel enrojecida, caliente o seca
- Convulsiones
- Dolor de cabeza
- Mareo o nauseas
- Confusión mental
- Pulso rápido y fuerte
Para prevenir un golpe de calor debemos:
- Tomar abundante agua
- No estar en lugares cerrados sin ventilación
- Usar ropa de algodón
- Usar sombreros al salir al exterior
La pequeña pudo recuperarse y no tuvo consecuencias a largo plazo. Comparte esta noticia con tus amigos.
