Son tiempos de tensión racial y miedo, donde los intolerantes se han radicalizado más que nunca (basta ver las protestas nazis en Estados Unidos), y fácilmente olvidamos que existen lugares en el mundo donde tales situaciones no ocurren y donde la amistad no conoce color.
Según cuenta el soldado mexicano-estadounidense Israel Parra, su experiencia en el ejército fue la de un lugar así. El joven tiene una historia sobre un vínculo que generó en Irak y que ha trascendido las barreras del odio, y es justo lo que necesitábamos oír para recuperar nuestra fe en la humanidad durante estos agitados días.
Publicada el pasado 15 de agosto en el Facebook de Parra, y ya ha sido compartida más de 60 mil veces y ha recibido más de 90 mil me gusta. Y junto con ello, lo más importante es que desató una discusión sobre si la discriminación se aprende o es una práctica heredada.
De todas formas, nadie puede negar que luchar en el frente por una causa común une a los grupos de gente, sin importar su diversidad.
A continuación puedes leer la conmovedora historia:
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